INTERNACIONALES
12 de febrero de 2025
La isla paradisíaca que puede desaparecer por la subida del mar

Los habitantes de un archipiélago bajo jurisdicción australiana enfrentan la incertidumbre de su sobrevivencia en el lugar. Qué solución les proponen
Desde 1955, el territorio pertenece a Australia, aunque su historia se remonta a la colonización británica en 1857 y a la llegada de trabajadores malasios en el siglo XIX para la explotación del cultivo de coco.
En 1984, tras un referéndum supervisado por Naciones Unidas, el archipiélago quedó plenamente integrado a Australia, aunque la población mantiene una identidad cultural distintiva.
El aumento del nivel del mar representa una amenaza directa para la existencia de las Islas Cocos. Datos recopilados desde 1992 por la Oficina de Meteorología australiana indican que el océano ha subido a un ritmo de cuatro milímetros por año.El informe gubernamental sobre el riesgo costero (CHRMAP, por sus siglas en inglés) considera que una “retirada gestionada a largo plazo” es “la opción más viable para proteger vidas de forma social, económica y ambientalmente respetuosa”.
La propuesta contempla la reubicación progresiva de los residentes y la infraestructura clave durante los próximos 10 a 50 años, aunque no detalla dónde serían trasladados.Mills también denunció que el gobierno australiano prioriza inversiones en infraestructura militar en lugar de destinar recursos para proteger las viviendas locales. La comunidad teme que la reubicación forzada ponga en peligro su identidad cultural.
La situación de las Islas Cocos contrasta con la reciente firma del tratado Falepili Union entre Australia y Tuvalu, una nación insular del Pacífico también amenazada por la subida del mar.En cambio, la población de las Islas Cocos, al ser ciudadana australiana, carece de un gobierno propio que pueda negociar un acuerdo similar. “No tenemos un gobierno estatal, así que en general la Commonwealth, la fuerza aérea o el ejército pueden hacer lo que quieran”, explicó Johnny Clunies-Ross, descendiente de los primeros colonos europeos.
Aunque el gobierno australiano asegura que el plan de reubicación aún no es definitivo y que se abrirá un proceso de consulta con la comunidad, los habitantes de las Islas Cocos han expresado su escepticismo.